O cómo la vida de un hombre se puede perder entre alcohol y drogas por la soledad.
Bruce (James McAvoy) es un policía, corrupto, alcóholico y drogadicto, que haría cualquier cosa para conseguir sus propósitos y provecho. Putas, apuestas, peleas, borracheras, drogas, el arte de la manipulación y el chantaje son su día a día, hasta que un día se anuncia una plaza importante en el departamento. Puesto que ha de ser suyo a toda consta, cueste lo que cueste, para recuperar así la vida que él mismo tiró por la borda. Pero ni mucho menos lo va a tener fácil, una dura competencia de policías de impoluto expediente rivalizarán con él para conseguir tan ansiado puesto. Es a partir de aquí cuando empieza su loca y desenfrenada carrera para eliminar, literalmente, a su competencia.
Grandioso el papel de Jame McAvoy, acostumbrados a verle como el joven y buen Doctor Xavier de X-Men, nos contrasta la imagen de un ser despreciable, una persona, que con un poco de poder, tiene el derecho a todo tipos de abuso y es un gran maestro de la manipulación.
Divertida, despiadada, maliciosa pero al mismo tiempo, conmovedora y hasta te hace sentir pena del personaje, aunque constantemente muestra lo cabrón que es.
Escenas con primerísimos y rápidos planos que te recordaban a Réquiem por un Sueño, escenas de acción y demanda de vergüenza son los tintes con los que se rueda esta genial tragicomedia.
Escenas obsecenas, o que ridiculizan a los personajes, divertidas secuencias y una turbia historia de fondo.
Os dejo su interesante reparto.
Y el«>trailer, grandioso como su guión.