Rodeo, la ópera prima de la directora francesa Lola Quivoron, es una película que nos presenta a Julia, una joven inadaptada, sale adelante con sus pequeños trapicheos y tiene una pasión voraz, casi animal, por el motociclismo, como forma para evadirse de su realidad. Un día de verano, conocerá a una pandilla de moteros aficionados al motocross sobre asfalto, una moda que consiste en conducir a toda velocidad y realizar figuras acrobáticas con la moto, casi siempre sin casco. La protagonista se infiltrará en este universo clandestino, formado principalmente por chicos jóvenes. Hasta que un accidente pone en riesgo su posición en la pandilla.

La película comienza con un ritmo frenético, con escenas de acción y velocidad, mucha escena de cámara en mano y primeros planos, denotando mucha visceralidad en los personajes y las situaciones, nos muestran la pasión de Julia por las motos y lo que llega a hacer para conseguir una moto para sentirse ella.

Sin embargo, a medida que la trama avanza, la acción se va diluyendo, dando paso a un relato más centrado en los personajes, sus relaciones, y como adulto, ves los demonios con los que han de lidiar.

Este cambio de ritmo me ha descolocado ya que esperaba una película con más acción. Sin embargo, es una decisión acertada por parte de la directora, ya que le permite profundizar en la psicología de los personajes y explorar los temas que la película plantea.

En cuanto a los personajes hay que decir que son un cliché; pero destacar el personaje de Julia (Julie Ledru), la joven protagonista rebelde y autodestructiva, pero fuerte, decidida y carismática en un mundo de hombres.

El resto de personajes son más arquetípicos. El líder de la pandilla, Enzo, es el típico macho alfa que busca imponer su autoridad ante el gallinero. El amigo de Enzo, Ismaël, es el típico personaje cómico que aporta un toque de humor a la película pero también con mala leche.

En general, Rodeo es una película interesante, pero no está exenta de defectos. El ritmo es irregular y los personajes son algo clichés. Sin embargo, es cierto que se consigue crear una atmósfera tensa gracias a la interpretación y el peso que lleva la protagonista durante todo el film, y aunque ves venir las tramas de lejos, incluso el desenlace de Julia con su entorno, es una buena experiencia.

3 estrellitas le doy: