O como un tirano puede dominar una pequeña aldea perdida de la mano de Dios en una España de los años 90.

Basados en hechos reales, un grupo de chicos, cansados ante las injusticias de un capataz que tiene en su poder la gestión del agua y la gasolina de la que se abastece al pueblo además de tener el poder para reunir a los hombres en un bar y decidir quién es el que trabajará y quién se quedará sin cobrar. Un pueblecito andaluz en el que no hay una representación de la autoridad sino sólo unos hombres uniformados bajo la protección de este tirano.

El argumento de la película es que a partir de la imposición de un toque de queda diairo en la que la gente ha de correr hacia sus casas, ya que según los uniformados, es para proteger al pueblo de los cazadores furtivos que acechan por las noche entrando al parque natural que rodea al pueblo y cazando a sus anchas. Y qué pasa cuando eres joven? Pues que no sólo se saltan las normas sino que además entran a sitios prohibidos, como en este parque justo en plena acción de unos cazadores, una bala se pierda provocando un terrible accidente y a partir de aquí se desarrolla la historia.

Es una película entrañable, llena de emociones y sentimientos de rabia, indignación, y aún te sumerges más en la trama debido a que sucedió de verdad, basado en un hechos reales.

Me gustó mucho la verdad, me atrapó enseguida y a medida que la veía me iba indignando cada vez más, pensar que hay hijos de puta que hacen lo que quieran con la gente de esa manera, que bastardo.