Michel y Cathy, vendedores de árboles de Navidad, viven en un pequeño pueblo del Jura con su hijo de 12 años, Doudou, un niño con un comportamiento difícil. Ahogados por las deudas y otros problemas económicos, la pareja se deteriora poco a poco. Hasta que un día, al volver a casa, Michel evita por poco atropellar a un oso en la carretera; su coche termina chocando con otro, matando en el acto a sus dos ocupantes. Tras informar a Cathy, ambos deciden deshacerse de los cuerpos. Pero al hacerlo, descubren en el maletero un bolso lleno de dinero, que calculan en más de dos millones de euros. Para evitar las sospechas, están dispuestos a aceptar las ideas más descabelladas, sin saber siquiera en qué absurdo desembocarán.
Desde el punto de vista técnico, Misterioso asesinato en la montaña cumple con creces. La dirección de Franck Dubosc se mueve con soltura entre planos del entorno alpino, y el montaje mantiene una coherencia totalmente entendible para el espectador: no hay cortes abruptos ni confusos, muy valorable en el cine de misterio y comedia. La película fluye de manera natural, sin vacíos que desorienten, lo que permite prestar atención a la trama sin perderse por el camino.
Los personajes están bien planteados, con motivaciones claras y momentos puntuales de gracia, aunque sin llegar a sorprender. Las reservas en algunos personajes, el recelo interpretativo tan útil en el humor negro, funcionan, pero no consiguen arrancar carcajadas. Se mantienen correctas y coherentes con el tono general, pero no alcanzan la chispa necesaria para convertir lo cómico en divertido.
Aquí reside el principal escollo de la película: con una trama que engloba dinero fácil, transporte de “mulas”, conflictos amorosos y tensiones criminales, había margen para una comedia más audaz, oscura e incisiva. Sin embargo, Dubosc elige reservarse; prefiere la suavidad al filo. El resultado es una película que entretiene y logra alguna sonrisa, pero que no termina de llenar sus propias expectativas como comedia negra.
Misterioso asesinato en la montaña es una película técnicamente solvente y narrativa coherente, que mantiene al espectador entretenido sin desorientarlo pero demasiado tímido al no apostar con fuerza por el humor negro o la mala leche, el film se queda en un tono amable que entretiene, pero no sorprende. Una buena película para una tarde ligera, aunque no deja una marca duradera en el género.