En un tranquilo suburbio de los 80, una niñera es asesinada por un misterioso enmascarado conocido como el “Reaper”. Años después, Deena, una joven universitaria, regresa a su pueblo y acepta cuidar al hijo del sheriff local, sin saber que el asesino ha vuelto. Mientras el sheriff recibe inquietantes cintas con pistas del pasado, Deena se convierte en el nuevo objetivo del Reaper, desatando una noche de terror y revelaciones sobre una venganza oculta.
Un slasher al uso, donde lo que vas a ver ya lo has visto ciento de veces, y si lo has visto, es porque te va el tema gore.
Y está bien, no nos engañemos, es un género que disfrutamos con ese sufrimiento ajeno, tan loco y tan poco probable, con fallos de guion, composición y realidad, solo para empezar, entre muchas otras cosas.
Y Night Of The Reaper no es ajeno a esta locura sangrienta que deseamos los amntes del género.
Pero tiene un plus.
Muy bien añadido.
Le añade un giro argumental que te deja clavado en la butaca buscando la complicidad con el espectador de al lado, con cara de sorprendidos y una sonrisa victoriosa.
Y esa es la razón por la que nos gusta este género.
Las interpretaciones y la trama… pues va acorde con lo esperado en un slasher, ni más ni menos: sangre, víctimas, un malo con máscara, un cuchillo como arma y sangre a borbotones.
Y la música no se queda corta con esos preámbulos y sustos que acompañan a las imágenes en los momentos necesarios.
Ojalá hagan una secuela de la protagonista, y los que la habéis visto ya me entendéis por qué.
Muy recomendable.