Tras la impactante ‘Diamantes en Brutos’, el director Benjamin Safdie, nos vuelve a sorprender con un film único, diferente y muy duro, vamos que por eso es de A24.

Lo que hace Dwayne Johnson en esta película es muy diferente al cine familiar y de acción al que nos tiene acostumbrados; por lo tanto, ya podéis deshaceros de esa imagen de hombretón amable o rudo con corazón.

Empezando por su caracterítizacion, es extremadamente precisa y cuidada para parecerse al joven Mark Kerr, el protagonista indiscutible de esta historia

Y cuando ves las fotografías del verdadero Mark y la caracterización de Johnson te das cuenta del gran trabajo en maquillaje y caracterización que se ha hecho.

Mark Kerr y Dwayne Johnson

La interpretación de The Rock está muy bien estructurada, no hacen de su personaje un tipo que constantemente esté explotando, si no que lo presentan como a dinamita dormida que está a punto de estallar con una mecha mediana que se acorta a pasos agigantados y que en cualquier momento va a estallar de la peor de las maneras. 

Esa tensión además se alimenta de la increíble interpretación de Emily Blunt, interpretando a Dawn, la pareja de Mark, y juntos hacían una pareja ultra tóxica donde ninguno podía vivir sin el otro, donde estar separados era lo mejor para él y lo peor para ella, y cuando volvían a juntarse, se renovaba toda la destrucción de la que son capaces de infringirse mutuamente. Además, acostumbrados a verla con un tono de pelo más claro, en este papel, ese color negro le oscurece las facciones, volviéndole más malvada y perdida a la vez.

Un elemento muy importante que guía la narración del film es la música. Son temas duros, tremendos y tensionados, acompañado de una fotografía y cámara en mano que te atosigan, empujan e incomodan tanto como a cualquiera de los personajes.

Por favor, decidme que los músculos de Dwight son CGI, por favor, nadie puede tener músculos en los músculos del trapecio, dios santo qué bestia parda.

No es una historia típica de lucha, se trata de desplomarte en el Infierno y volver a resurgir acompañado por demonios que nublan tu visión de hacer las cosas.

Hay una lucha constante, sí, pero no en el ring, sino con los miedos y demonios de cada uno.

Eso sí, las escenas de lucha, con la ayuda del sonido amplificado y la sangre salpicando, impactan por su dureza y la brutalidad con la que se competía, con unas reglas tan laxas como incisivas.

Es una historia cocinada a fuego lento con fuertes ingredientes, como la lucha personal de cada uno, la amistad, el respeto y el amor hacia este deporte, UFC.

A24 sigue dando con la tecla del afinado piano, con, una vez más, una cinta de calidad, y muy diferente a lo que esperas encontrarte al ver un film basado en los inicios de la UFC.