Marisol es una icónica entrenadora de gimnasia rítmica de élite que roza los 60. Su mundo se resquebraja el día en que Octavio, su marido, se marcha de casa para rehacer su vida junto a una mujer más joven a la que ha dejado embarazada en su excéntrica carrera. vida personal repercute en su relación con las gimnastas: cada vez es más dura e intransigente, llegando a abusar de su poder y posición. Marisol se enfrenta a una catarsis que la lleva a replantearse su vida.

Belén Rueda vuelve a ponerse al frente de un thriller con En caída libre, una película que explora la obsesión por la excelencia y los sacrificios (o daños colaterales) que conlleva en un mundo donde las normas han cambiado. La premisa no es nueva, hemos visto muchas historias sobre personajes que llevan su ambición hasta el límite, pero aquí se intenta conectar con la tensión actual entre la exigencia extrema y una sociedad que apuesta por otros valores.

El problema es que, pese a que la idea es interesante, el guion tiene algunos agujeros y la ejecución es demasiado pausada. Todo avanza a fuego tan lento que, cuando algo realmente importante sucede, ya llega a destiempo, perdiendo parte del impacto.

Falta tensión, falta urgencia, y eso hace que la historia se sienta menos intensa de lo que debería, hasta me planteé si era la misma película que anunciaba el tráiler que la que estaba viendo, porque un trailer que prometía… se quedó en un film con poca profundidad.

Belén Rueda, como siempre impecable, logra sostener gran parte del peso dramático, pero no es suficiente para salvar una película que, aunque correcta, no termina de sorprender. Un thriller con buen planteamiento, pero demasiado predecible y sin la garra suficiente para dejar huella.