Un hombre se despierta sin memoria, con un micro implementado en su oído, que le irá guiando hacia una misión suicida para poner a salvo a una niña que es el antídoto a un peligroso virus que provoca violentos actos en los infectados. Además de esta compleja misión, tendrá que escapar del ejército  estadounidense, surcoreano y el norcoreano que todos quieren al antídoto.

Muy de flipados. Coches, motos, trenes, helicópteros, todo lo que tenga ruedas a rodar hacia una acción, sin fin, y sin sentido, para salvar a menos gente de la que están matando a su paso.

Cámara en mano y constantes falsos planos secuencia, nos lleva por un camino de acción insaciable, que a cada toma más flipada todavía.

Los diálogos, de chiste y ya no hablemos de los secundarios, que eran de broma. Y cuando hablan en inglés!!!! Cuando hablan en inglés es para alucinar ya.

Las tomas de acción son sorprendentes por el seguimiento completo durante todas las pelas y persecuciones, casi no teja respirar, y la violencia es de aplauso. Me ha sorprendido cómo están pensadas las tomas de acción, de movimiento constante y sin perder foco en lo que está pasando tanto al protagonista como los elementos de su alrededor, muy bien coreografiados, sincronizados y un buen desfile de ostias.

Hay momentos de cgi, bueno, más bien por falta de él, que te ríes por lo mal hecho que está y por la flipada del momento.

Sin duda alguna, son dos horas largas de mucha, muchísima acción, donde al final no entiendes casi la trama, por lo absurda que es, pero te hace estar enganchado al sillón hasta que finaliza.

Y ese final, que invita a una segunda parte…!!!!! Pues confieso, que la espero con ganas