Kaleb está a punto de cumplir 30 años y nunca ha estado más solo. Está peleando con su hermana por un asunto de herencia y ha cortado los lazos con su mejor amigo. Apasionado por los animales exóticos, un día llega a casa con una araña muy venenosa que accidentalmente escapa. Estas rápidamente se reproducen y los habitantes del edificio intentarán sobrevivir a una plaga que se sale de control.
⭐️⭐️⭐️⭐️
Una muy buena adaptación al fenómeno aracnofobia, que ya en su momento nos trajo tanto miedo a esos pequeños con patas tan largas y finas, y que cogen una velocidad de miedo, además de meterse por cualquier sitio.
Así que, si te daban cosa las arañas, tranqui, que aquí les vas a coger pavor.
La verdad es que ha sabido dar un giro al género de terror, utilizando estos animales que crean tal animadversión como eje central de su trama.
A pesar de que los protagonistas eran desconocidos para mí, sus interpretaciones son convincentes y logran sumergir al espectador en la tensión constante que caracteriza a la película. La química entre ellos y su capacidad para transmitir el miedo y la desesperación son palpables en todo momento.
Las arañas son increíblemente creíbles y espeluznantes. Su diseño y comportamiento son tan realistas que logran generar una sensación de incomodidad al ver el habitat en el que convierten el edificio y una brutal amenaza constante.
Estas criaturas, como cualquiera que desee seguir superviviendo, son aterradoras y transmiten una «mala leche» que intensifica la experiencia de terror.
Además por su obvio contenido se cuela como película en el género de terror, «Vermin: La Plaga» parece ofrecer una crítica social subyacente. La historia aborda temas como las clases sociales, el poder y la eliminación de lo que molesta a los más privilegiados. Si se quiere ver con el prisma de esta capa adicional de significado, te modifica y transforma un poco la trama y ofrece una reflexión sobre las dinámicas de poder y la exclusión de las clases obreras en rozando el umbral de pobreza en nuestra sociedad.
Para mi, es un gran acierto que el Festival haya traído una cinta de terror, aunque no es nada original, la forma de narrarlo y enmarcarlo la hacen diferente a otras de temática parecida.
Resalto la música hip-hopera y rap que la sitúan en una época tan actual que parece que los sucesos estén ocurriendo a tiempo real y el espectador sufra de primera mano, como si estuviera viendo un vídeo en redes sociales.
Muy festialera, muy recomendable, predecible pero muy disfrutona.