Emre, es un joven fiscal venido de la ciudad a un pequeño pueblo de Turquía castigado por la sequía. Su juventud y su inquebrantable sentido de la justicia, su intención es ajusticiar el funcionamiento de los corruptos caciques que dominan el pueblo. Lo que empieza como una cena de cortesía entre estos dominadores y el joven procurador, acaba como una noche de borrachera con fatales consecuencias, violaciones, palizas y fotos con intenciones de chantaje,  confundido, además por una extraña atracción por el responsable del periódico local contrario a los caciques, en un país donde la homosexualidad está condenada.

Un film en el que la tensión es una constante, muy bien orquestada, y poco a poco se va acumulando la incomodidad y los problemas.

Los actores para mi son totalmente desconocidos, y por eso tal vez me causara tal impacto sus actuaciones y su implacable tesitura en sus personalidades, tan acertadas.

Una historia súper humana, que podría haberse sacado de cualquier tipo de pueblo que dependen de una fuente única y es lo que utilizan como moneda de cambio los que quieren dominar y tener el poder sobre los demás.

Una historia de ilegalidades, amoralidad, impartir justicia e rodeado de injusticias, de poder, soberbia y ser fiel a los principios.

Muy recomendable y fácil de visionar.