O cómo una inspectora de policía ha de lidiar con el folklore popular para dar caza a un asesino en serie.

Amaya Salazar es la policía foral y su experiencia recibida en sus meses del FBI, será la responsable de llevar el caso de las muertes de chicas jóvenes que recorren el valle sin pistas aparentes. Amaya, presa de su pasado ha de lidiar con sus fantasmas del pasado para poder atrapar al perturbado que está causando el terror. Para ello tendrá que valerse, no sólo de sus técnicas policiales, sino que seguir el folklore de la zona que ayudarán a dar pistas más cercanas, no sólo a su asesino, sino que encontrará verdades sobre la madre que quería acabar con la vida de su propia hija cuando era pequeña, la vida de la propia Amaya

Parajes verdes, frondosos y tranquilos donde florecen las víctimas de un asesino en serie.

Me pareció un juego de fragilidad y dureza; Amaya es pequeña, delgada y de tez pálida, sin embargo muestra un carácter fuerte y seguro, rodeada de hombres que creen merecer su puesto y hacer mejor trabajo que ella.

El film es la adaptación del libro con el mismo nombre de Fernando González Molina, el primero de una trilogía conocida como la Trilogía de Baztán.

Muy bien adaptada y con giros argumentales que veo muy bien y no se hace tan idéntica al libro.

Los secundarios me parecieron que hacían unos diálogos muy forzados y demasiado robóticos, así como alguna actuación de terceros.
En cambio, el papel de las hermanas lo vi muy bien trabajado y con poca presencia, ya que teniendo la relevancia que tienen en la vida pasada y presente de la protagonista, se podría haber trabajado algo más en las apariciones de éstas.

Aunque en el libro siempre se hace más referencia a detalles y situaciones, vi muy superficial muchas escenas en las que no hubiera estado mal que se parecieran más al libro, ya que la encontré una historia muy rápida, con pocos diálogos y tampoco nos deja profundizar en la pena por tantas historias de Amaya.