En un pequeño pueblo de montaña, en el invierno de 1968, tres niños intentan escapar del llamado Hombre de las Narices, un ser legendario que captura a los niños mentirosos durante el último día del año. Pero ellos no son los únicos que le temen: las mentiras del pasado también se pueden oler.

«L’HOME DELS NASSOS» nos adentra en una leyenda que se ha transmitido de generación en generación dentro del imaginario catalán. El personaje que da nombre a la ópera prima de Abigail Schaaff relata una historia de amistad, familias, mentiras y traiciones. Una película que navega entre la mitología y la memoria histórica, candidata a los Premis Gaudí y llegará a las salas de cine el 19 de enero.

La forma de vida y vestuario están muy bien logrados, así como la escenografía rodada en plena montaña, con sus complicaciones técnicas y el frío que pela en esas montañas.

La interpretación de los niños, me ha parecido en general, diálogos ensayados y forzados, faltos de espontaneidad, en cambio las actuaciones adultas, la de Jeannine Mestre (la abuela) y la de Pablo Derqui (Pau) que aunque éste último sale poco, se come la pantalla.

La Guerra Civil, los rojos, la oposición, la homosexualidad y más secretos y mentiras, son las que se dejan mezclar, de una forma muy natural con la antigua leyenda sobre las mentiras.

El film tiene una forma narrativa que te va envolviendo y sumerge tanto en las diferentes historias reales como en las de la leyenda, haciendo incluso dudar al espectador de la verdad.

Un auténtico gusto ver qué bien se ha llevado una historia del folklore catalán a la pantalla, con gusto y sin recargos de metraje, alargando la historia absurdamente.