Un joven corredor de bolsa británico, Nicholas “Nicky” Winton, ayudó a rescatar a cientos de niños de los nazis en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, con la ayuda de su madre. Un acto de compasión casi olvidado durante 50 años, y del que Nicky vive atormentado por los fantasmas de los niños a los que no pudo rescatar, culpándose por no haber hecho más.

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Hace unos años, ya corría por Youtube un vídeo donde una pareja de ancianos recibían un emotivo aplauso de todos los espectadores, que resultaron ser los niños rescatados, ahora convertidos en adultos.

Pues bien, ese señor mayor que recibe el aplauso es Nicholas Winton, que en 1939 rescató a casi 700 niños trasladándolos a Londres con familias de acogida y protegerlos de la muerte asegurada a mano de los nazis. Teniendo en cuenta que cuando se desmantelaron estos campos de la muerte, solo se salvaron 200 niños, nos hacemos una idea de la heroica hazaña de Nicholas Winton.

El film es una Lista de Schindler, pero por suerte más descafeinada, nos evita la presencia de nazis durante casi toda la película y está claro que una película de estas características va a meterte el dedo en el ojo, y acabarás llorando.

Anthony Hopkins, evidentemente se come la pantalla con su papelazo, el actor camaleónico que lo mismo te interpreta un asesino en serie, como a un adorable viajecito; pero no olvidemos al actor que lo interpreta en su juventud, Johnny Flynn (Stardust), casi irreconocible caracterizado para los años 30, y con una actuación muy acorde con el personaje actual. Y qué decir de Winona Ryder, siempre interpretando a mujeres con carácter, peculiares y fuertes, y aquí no es una excepción.
El film está basado en la culpa presente que sienten Nick, al no haber podido salvar más niños de los que él querría, incluso su madre en un momento de la película, le dice que no va a poder a salvar a todos, cosa que a él le impacta de esa verdad.

Y no deja de ser una historia sobre la culpa que siente y el remordimiento por creer que no ha hecho lo suficiente, sobre la culpa, la tenacidad, la humanidad, la persistencia, y, sobre todo, sobre saber perdonarse a si mismo.

Está muy bien conseguida, los campos de refugiados, el banco, los transportes de la época, así como el vestuario y maquillaje.

La historia está narrada en dos tiempos, el presente haciendo referencia a la historia del pasado y combinan muy bien la una con la otra, es imposible perderte y hace que el presente sea más intenso cada vez que conoces más sobre lo sucedido en el pasado.

Es una película que se tenía que hacer, rindiendo homenaje a una persona extraordinaria, y sobre todo, que gracias al salvamento realizado de los 669 niño, actualmente, más de 6000 personas existen gracias a él.

La película está rodada con algunos de esos niños salvados, apodados por ellos mismos Los Niños de Nick.