O como un ser monstruoso engaña por su apariencia a sus nobles intenciones.

Un nuevo remake del mítico film Godzilla, pero esta vez dándole un nuevo sentido, no es un destructor es un defensor.

Nos encontramos en Japón, donde unos científicos encuentran unas inesperadas señales de misteriosa procedencia, y a continuación una seísmo derrumba la terminal nuclear donde trabajan, matando a decenas de personas y entre ellas a la madre del personaje principal. Años después es llamado para que desde Dan Francisco, de donde vuelve de una misión por su trabajo como militar, ha de volver a Japón para pagar la fianza de su padre, obsesionado con la mentira que se han inventado para ocultar la verdad. Es tal la insistencia del padre que vuelven a la isla donde ocurrió el desastre, cuando descubren que no está contaminada de radiación tal como cuentan… Pero de nuevo las mismas señales se repiten y esta vez tienen respuesta, no humana, sino de varios gigantescos monstruos que aparecen en el mundo, un total de 3, que no sólo aterrorizan y destrozan allí donde van y poco a poco van haciendo de la Tierra su casa… pero serán todos los monstruosos seres tan horribles como parecen?

Me gustó mucho la verdad, un remake muy diferente, una nueva idea sobre el ya rehusado tema y el monstruo japonés que nació en Japón y que tanto pavor ha causado durante tantos años.

La verdad es que además, el film está muy bien promocionado con la imagen en la cartelera del aclamado Bryan Cranston, redescubierto por su personaje en Breaking Bad. La verdad es que mucho no es que aparezca durante la película, es un gran reclamo pero realmente sólo sale en el primer cuarto del film.

El personaje principal, el del hijo, interpretado por Aaron Taylor-Johnson no es que sea para tirar cohetes la verdad, más bien pasa desapercibido, lo que pasa es que le dan un especial bombo hacia el final, al más puro estilo de Armagedon, protagonista y responsable total del salvamento de la Tierra.

Pero lo que me gusta aún más es el tono heroico que le dan a Godzilla, un salvador sobre la Tierra, librándonos de la opresión de los modernos y extraños tiranosaurus.

Ese además es otro punto, las tan diferentes formas físicas entre los monstruos, es decir, Godzilla con el mismo look que estamos acostumbrados a verle, ese look vintage relleno, y tal cual la imagen que tenemos de él versus a dos modernos monstruos que además vuelan, aunque tienen un gran toque japonés todos ellos. Además Godzilla es incluso del (casi) mismo color que recordamos y los otros son oscurísimos y más ágiles.

La verdad es que es una gra película de acción para pasar un gran rato, sin pretensiones por supuesto pero para disfrutarla a tope.