
Ambientada en vísperas de la Segunda Guerra Mundial y hacia el final de su vida, Freud invita al icónico autor C.S. Lewis a un debate sobre la existencia de Dios. Explorando la relación única de Freud con su hija lesbiana Anna y el romance poco convencional de Lewis con la madre de su mejor amigo, la película entreteje pasado, presente y fantasía.
Basada en la obra teatral de Mark St. Germain, ganadora del Premio de la Alianza Off-Broadway 2011, Freud’s Last Session nos propone un posible encuentro entre Sigmund Freud y C.S. Lewis, dos mentes brillantes en lados opuestos del eterno debate entre la razón y la existencia de Dios. Con la guerra, el sufrimiento y la incertidumbre como telón de fondo, la película nos sumerge en una conversación profunda y filosófica, donde ambos personajes son retratados no solo como intelectuales, sino como seres humanos marcados por sus experiencias y convicciones.
Para quienes tengan interés en el psicoanálisis, la teología cristiana o la vida de estos dos pensadores, la película ofrece un duelo de ideas fascinante. Sin embargo, no está exenta de momentos en los que sus conceptos y técnicas analíticas pueden hacer poner los ojos en blanco, especialmente para aquellos que ven en Freud una figura más mitificada que infalible.
Visualmente, su cinematografía es impecable. Las interpretaciones son sólidas y logran humanizar tanto a Freud como a Lewis, mostrando sus dudas, sus certezas y su lucha interna más allá de sus ideologías.
la última sesión de Freud, es una película que invita a la reflexión, aunque puede resultar densa o incluso frustrante en algunos momentos. No es un film para todo el mundo, pero para aquellos que disfrutan de los debates filosóficos y la exploración de grandes ideas, esta sesión bien vale la pena.