Brutal, no hay mucho más que decir que no sea que es tremendamente bestial.
Durante un año la población ha vivido en una pandemia, y en la que sin motivo aparente, de pronto, el virus evoluciona hacia una metamorfosis que convierte al paciente en un violento zombie, destructor, violador y descuartizador.
Muy a lo Crossed (cómic ultraviolento de, por Garth Ennius y Jacen Burrows), los infectados se convierten en una amenaza violenta y mortal para la humanidad.
Si eres un amante del género zombie, además en una versión taiwanesa, el director canadiense Rob Jabbaz, nos hará sufrir y estar en tensión durante toda la película.
Espero que haya secuelas, porque da para mucho, tanto el cómo sucedió, tanto como hacia dónde ha evolucionado la pandemia y los infectados.