Narra la historia de Maren, una joven abandonada por su madre que está aprendiendo a sobrevivir en los márgenes de la sociedad, y Lee, un vagabundo con ideas muy radicales y sin rumbo, se enamoran e inician un viaje de mil millas que les lleva por las carreteras secundarias de los Estados Unidos de la era Reagan. Su particular odisea les descubre el lado más oscuro del sueño americano, y también les enfrenta con sus respectivos y oscuros pasados.

Precisos o cuento de nuevos pseudo vampiros, o caníbales, una narración espectacular y un tempo exacto en cada momento.

El camaleónico Timothée Chalamet es el que realmente nos sumerge en la historia, siendo Taylor Russell el hilo conductor de la historia.

Basada en la novela de Camille DeAngelis cuyo título es el mismo que es de la película: Bones & All de Plaza & Janes.

Con un ritmo muy pausado, nos va narrando si prisas el deseo adolescente y la necesidad de libertad y reafirmación de uno jóvenes en un mundo bastante hostil en el cual es imposible que  encajen, y aunque es un cliché mil veces tratado, su puesta en escena es marca la diferencia.

Un road trip juvenil, con una alimentación basada en humanos, un villano espectacular y unas víctimas frágiles pero luchadoras.

Un film pausado, nada que ver con las historias de vampiros porque lo que cuenta es una historia de amor entre dos jóvenes que ocultan un secreto en su forma de ser, una alegoría a sentirse diferente y no encajar en la sociedad en la que se vive: