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O cuando una infancia truncada se convierte en presente insufrible.

Un niño estrella con problemas de drogas desde los 9 años. Unos padres ocupados en explotar a su hijo estrella para hacer dinero. Una actriz en la decadencia de su carrera luchando con superar el trauma al sufrir abusos cuando era niña por parte de su madre y a la vez intenta conseguir el papel en el remake del film que interpretaba su madre de joven. Una jovencita con gran parte de su piel quemada aparece para ser su asistente personal. Un joven aspirante a actor que es conductor de limusinas para gente muy adinerada.

Grandes nombres como Julianne Moore como la actriz en decadencia, John Cusack, el padre que sólo le importa en dinero o Robert Pattinson como el conductor, interpretan un film sobre lo que importa es sólo uno mismo, el poder, el dinero, pero sobre todo uno mismo.

Genial las dicotomías que nos muestra, como que me la pequeña joven estrella ha de ir al psiquiatras para superar sus traumas de pequeño y mientras su padre les hace terapia a otras estrellas para superar sus traumas de niñez.

Spoilers a partir de aquí.

En este film también se hace gala del incesto involuntario por parte de unos hermanos, y cómo una madre abusa de su hija.

Personalmente creo que refuerza de forma encubierta los dichos médicos que tienen que ver con los hijos nacidos de relaciones familiares con las enfermedades mentales y visiones que sufren los dos hijos de esta pareja.
Además, creo que una de las intenciones que tiene es humanizarnos a las estrellas de diferentes maneras, no sólo a través de sus estropeadas infancias sino humanizándoles en su día a Díaz, como cuando Moore se tira pedos sentada en el lavabo y después limpiarse sus santas partes
O cuando la vemos bajarse del coche después de tirarse a Pattinson en un coche y al bajar de limpia las sobras del sexo.
Por eso son muchos los detalles que los humaniza, que no son inmunes ni a maltratos, enfermedades psicológicas o con los quehaceres diarios.

Guión al estilo de Bret Easton Ellis y dinámica Palahniuk, muy recomendable, una vez más haciendo público el vacío y falso mundo del famoseo y su mapa de estrellas.