Una mujer embarazada se preocupa por los hábitos de sueño de su marido. Lo que comienza como un ligero sonambulismo, pronto se convierte en un comportamiento sorprendentemente amenazador y grotesco. Tras consultar a una clínica del sueño sin éxito, la pareja buscará la ayuda desesperada de un chamán. Terror claustrofóbico y doméstico.

Me da mucha rabia porque solo un par de semanas antes, vi el corto español Heleno, que iba precisamente del mismo tema, aunque en Sleep, al contrario que en el corto, la protagonista  está embarazada y no presenta los mismos signos demoniacos.

El film despliega ese humor negro tan asiático que nos gusta, además de esa tendencia infantiloide en expresiones y gestos que nos hace partir de risa. También te digo, que parte de esa risa es debido a la tensión que durante la película se va mascando y has de ir tragando.

Además, el efecto que provoca que esté embarazada la protagonista siempre es un plus para tensionar al espectador, pero cuando entra en escena un bebé, la tensión se multiplica estratosféricamente, y no puedes parar de enfocar sobre el más débil, el bebé, y estar preocupándote por los sucesos que le acompañan.

Muy bien rodada y con el efecto claustrofobia presente durante todo el momento, llegas a sentir esas cuatro paredes encima tuyo durante toda la película.

Un film de poco más de 90 minutos, que se te hace ligero, fácil de ver, conectas enseguida con la historia y hace que estés concentrado todo el rato en lo que sucede.