Verano de 1976. Bea (Alicia Falcó) tiene 16 años y se suma a los aires de cambio que recorren el país; colabora con un grupo de mujeres para visibilizar la causa feminista y lograr la aprobación del derecho al aborto. La rebeldía que siente en la sangre se mezclará con un sentimiento inesperado que trastocará su mundo interior. A lo largo de estos meses, Bea entablará una amistad muy especial con Miren (Elena Tarrats), una chica algo mayor que ella y de buena familia. Su compromiso político y su relación con Miren convertirán ese verano en una etapa que marcará un antes y un después en su vida.

Las Buenas Compañías, dirigida por Sílvia Munt, nos transporta al verano de 1977, donde Bea, una joven de 16 años, se sumerge en el despertar de la conciencia social y política en la España de la Transición. La película, lejos de ser un simple retrato histórico, teje una historia íntima y vibrante que explora la amistad, el amor y la búsqueda de la identidad en un contexto de cambio y reivindicación.

Un viaje de descubrimiento personal: Bea, interpretada con gran sensibilidad por Alicia Falcó, se embarca en un viaje de auto descubrimiento, uniéndose a un grupo de mujeres que luchan por el derecho al aborto, enfrentándose a las rígidas normas sociales de la época, además de explorar su propia sexualidad, cuestionándose las expectativas que se tienen sobre ella como mujer.

Más allá del panfleto político: La película logra un buen equilibrio entre la denuncia social de la época y la narración personal de la protagonista. Si bien la lucha por el aborto es un tema central, la película se centra en las experiencias y emociones de los personajes, evitando caer en el didactismo o la propaganda. La cinta nos invita a reflexionar sobre la importancia de la libertad individual, la sororidad y la lucha por un futuro más justo e igualitario en una sociedad convulsa, machista y totalmente desigualitaria.

La cinta recrea con gran detalle la atmósfera de la España de finales de los años 70. La música, la vestimenta y la ambientación transportan al espectador a esta época de cambios convulsos y efervescencia social.

Alicia Falcó brilla en el papel protagonista, pero el resto del reparto ofrece interpretaciones acorde con el buen funcionamiento de la película. Elena Tarrats, Itziar Ituño, Itziar Aizpuru, con sus propios traumas y miedos, dan vida a personajes complejos y llenos de matices que enriquecen la historia.

“Las Buenas Compañías”, basada en hechos reales en mujeres luchadoras que estuvieron al pie de esta nueva revuelta social desde el principio, Sin fallecer ante lo que sucedía ante la sociedad que se lo impedía, y sobre todo por la política, tan autoritaria que había, es una película necesaria y conmovedora que nos recuerda la importancia de la lucha por los derechos y las libertades.

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