De nuevo, en febrero la ciudad se sumerge en la intriga y emoción del género negro, este año más rodeados de espías que nunca. ¿O quizás lo estamos siempre, acompañados de espías? Y nosotros, ¿también somos espías? El lema de esta edición así lo afirma. Y el magnífico cartel de Javier Olivares nos da pistas de por dónde va este “espionaje”: la sensación es que nos encontramos en unos momentos en los que, gracias a —o quizás mejor decir “por culpa de”— las nuevas tecnologías, somos más vulnerables que nunca y nuestra intimidad y privacidad son cada vez menos íntimas y privadas.

Un festival que tendrá como ejes destacados el espionaje y la violación de la intimidad en el mundo virtual actual. La lista de autoras y autores que participarán en alguna de las mesas y conversaciones -este año, todas bautizadas con el título de alguna novela o narración de Graham Greene– es extensa, con más de un centenar de nombres.

En el género negro, la interpelación de los personajes a los lectores en cuanto a la cobardía, a dejarlo pasar, a no meterte en problemas, es casi un lugar común.

En esta mesa, tres autores de países diferentes abordarán el hecho de encontrar respuestas a secretos o misterios asumiendo el miedo de quienes no se resignan a comportarse como cobardes.

Los últimos libros publicados por los autores son El abogado del diablo (Steve Cavanagh), Aún están dentro (Lisa Jewell) y La espía de cristal (Pere Cervantes), moderado por Laura González: