O como una producción íntegramente española puede igualares a cualquier producción hollywootiense.
Basados en unos sorprendentes hechos reales, narra la terrible experiencia de una familia española, aunque en el film los han americanizado, durante el desastre del tsunami que asoló y destrozó la costa oeste de Sumatra en Indonesia.
Una familia con 3 pequeños pasan las vacaciones navideñas en un complejo hotelero a píe de playa de la paradisíaca Indonesia, lo que no sospechan es que un demoledor tsunami los separará, haciéndoles sufrir la peor experiencia de su vida, sobrevivir a este horrible acto de la naturaleza, luchar por aferrarse a la vida y a la búsqueda de los miembros de la familia desaparecida con la incertidumbre de si están vivos o muertos.
Bayona ha escogido para el reparto a Naomi Watts, interpretando a María, la madre, en la que hace una vez más interpreta un dramático papel de sufrimiento tanto físico como psíquico. Como padre, a Ewan McGregor interpretando bastante bien su papel. Pero si duda alguna, el gran protagonista es Lucas el hijo mayor interpretado por Tom Holland, una enorme responsabilidad soportada por unos pequeños hombros.
Los efectos son espectaculares, las interpretaciones muy bien recreadas y gran reparto incluso el de los pequeños que realmente lo hacen de maravilla.
Una vez más aunque ya pasen 8 largos años de este horrible suceso de la naturaleza, no deja de impactar el sufrimiento, el dolor de haberlo perdido todo, casa, familiares, amigos, conocidos, todo el entorno diluido y desaparecido en segundos, los mismos segundos que pueden salvarte o condenarte a la muerte si te da tiempo a reaccionar o no.
A mi parecer Bayona no hace acopio gratuito de desgarradoras imágenes del entorno, del sufrimiento, el dolor al que tuvieron que sucumbir miles de personas, no hay imágenes de muertes innecesarias, de desgracias y penurias innecesarias para explicar esta historia, el de la familia, no la Historia, sino su particular y cruenta historia.
Sin duda alguna, una gran película que hay que ir a velar en la gran pantalla para no perderse los espectaculares efectos, los sonidos.