Cuando Edna, la matriarca anciana y viuda de la familia, desaparece, su hija y su nieta viajan a la remota casa familiar para encontrarla. Poco después de su regreso, comienzan a descubrir una presencia siniestra rondando la casa y tomando el control de Edna.

Es un problema para mi hablar sobre Relic, porque creía que iba a ver un film de terror y me encontré con una metáfora a la familia, a la herencia, al vínculo entre madres e hijas, un vínculo irrompible entre diferentes generaciones.

Un film que me aburrió en cuanto encuentras el truco, en cuanto hueles hacia donde están yendo y hacia donde, seguramente derivará.

El gran hype que había en el Sitges Film Festival 2020 no ayudaron, puesto que iba con grandes expectativas, con ganas de a ver qué susto me iban a dar, a ver cómo me iban a aterrorizar.

Y claro, al final, me encuentro, que aun con grandes interpretaciones de las de las tres protagonistas, Emily Mortimer, Bella Heathcote y Robyn Nevin, el film se me hizo bola, duro de digerir, no empatizé con ningún personaje, y el final poético hizo que finalmente, no me gustara nada absolutamente.

Una pena, porque la verdad es que la acogí con muy buenas espectativas.