O cómo un joven tiene un don con la conducción de vehículos en asaltos a bancos.

Baby, ese es su nombre y es un joven con un talento muy especial, es el chófer que conduce la fuga de robos organizados a bancos, a golpe de música, siempre con sus eternos auriculares en los que escucha música para ahogar los pitidos eternos en sus oídos debido al accidente que tuvo de pequeño, en el que murieron sus padres.
Baby, no contaba con conocer a la chica de sus sueños, y se acerca el saldar la deuda que tiene con el cabecilla de los robos (Kevin Spacey, por supuesto). Por lo que hará su último trabajo y empezará una nueva vida como repartidor de pizza.
Pero el diablo sabe llamar a la puerta y cautivarte para un golpe que los hará ricos. El explosivo grupo de ladrones que componen la banda, no harán fácil el trabajo de Baby.

Es sin duda una película para verla en el cine, con una muy buena sonora que marca el tiempo de los robos, donde el movimiento es esencial, las prisas por escapar y no ser atrapado por ningún bando traspasa la pantalla.

Del director de Zombies Party y The World´s End, entre otras, deja su marca inconfundible en este film, ya sea por su marcado humor negro o esa idílica salida del malo haciendo lo correcto.

Es un film que ha de ser visto en el cine por muchos motivos y sobre todo, cuando se sale te has de hacer con unas Ray Ban Classic y un iPod Classic donde escuchar música, ya que Baby hará que se relancen estas maravillas.