O cómo llevar a la gran pantalla un libro semi biográfico de una adolescencia traumatizada y salga algo tan tan bueno.

Charlie (Logan Lerman) tiene 15 años, vive con sus padres (Dylan McDermott y Kate Walsh) su guapa y popular hermana (Nina Drobrev) típica que sale con el popular del Instituto y con la presencia de un hermano universitario becado al ser un gran jugador de fútbol. Pero Charlie es el típico marginado al que todo el mundo rechaza, aíslan y burlan de él, está solo desde que su mejor amigo se suicidó, agravando la situación con el mortal accidente que su tía sufre y estaba muy unido. Pero este año va a cambiar para Charlie, puesto que tendrá en su clase de literatura a un gran profesor que le animará a desarrollarse (Paul Rudd) pero sobre todo conocerá a los geniales hermanastros (Ezra Miller y Emma Watson) del último año pero que le ayudarán a ampliar sus horizontes sociales y musicales.

Tengo que decir que al principio pensé que era la típica peli basada en los años 80 en el típico instituto americano de un gran pueblo o una pequeña ciudad, el típico joven marginado que conoce a la chica inalcanzable y finalmente todo se arregla y comen perdices,

Pues iros quitando de la cabeza esa estúpida imagen y flipad con lo que la película muestra.

Me encantó, los actores, la ambientación ochentera, la banda sonora tan a tono (David Bowie, The Smiths, entre otros), los personajes, los actores, la historia que poco a poco te atrapa, te absorbe y te da una patada en la mandíbula cuando descubres sus traumas.

Es una exquisitez verla, pero al mismo tiempo te da tanta rabia e impotencia, es increíble cómo hace que sintamos compasión con un personaje y al final le odiemos tanto que nos alegramos de su cruento destino y cambias radicalmente de emociones en un momento, te preocupas por Charlie, quieres decirle que todo pasará y que va a estar bien.

Muy divertidas las escenas que protagoniza el hermanastro, Ezra Miller, sobre todo junto a Tom Savini, y fugaz pero importante aparición de Joan Cusak.

Muestra varias lecturas a la vez, como la no-aceptación de la homosexualidad, o la vergüenza social por serlo, los traumas infantiles que calan tan hondo que nos marcan el resto de la vida, el aprovecharse de un niño, los abusos infantiles, las verdades que nos pueden hacer tanto daño como no saberlas…

Pero lo que me marcó aún más, si eso era posible, era saber que es autobiográfica, el propio director es el autor del libro en el que está basado, y en él cuenta estas historias. Sin duda alguna va a ser una lectura obligatoria para este verano.

Por favor, sin duda es una gran película que NO podéis perder, tenéis que disfrutar de la infancia que a todos nos rompieron en algún momento, que desapareció sin avisar y nos abandonó en un mundo de adultos.